El mayor desarrollo del cerebro ocurre durante los tres primeros años de vida y depende de los genes, pero también del entorno en el que el niño y la niña se desenvuelven.

Las ciencias biológicas contemporáneas y, sobre todo, la neurología han demostrado que el sistema nervioso precisa de estímulos externos para poner en marcha las diferentes funciones para las que está preparado. Su desarrollo y posterior evolución dependerá de las oportunidades que se le ofrezcan, el aprendizaje que obtenga y las habilidades y destrezas que ejercite. Así pues, es importante desatacar la importancia de las primeras experiencias para el desarrollo de todas las capacidades cerebrales.

Los expertos aseguran que el desarrollo del individuo está, en primer término, en función de su estado biológico y neurológico en el momento de nacer pero que, a partir de este momento, las experiencias que le ofrezcamos, las actividades que realicemos, van a ser fundamentales para su evolución.

Por todo ello, es imprescindible que se desenvuelva en un ambiente adecuado y reciba los estímulos precisos.    

LOS MIL PRIMEROS DÍAS

Un estudio recogido por UNICEF desvela que los primeros 1000 días de un bebé son cruciales y marcarán para siempre su vida. El 40% de las habilidades mentales de un adulto se formaron en esos primeros años. Mil días son más o menos 3 años de vida.

Por tanto, esos 3 primeros años tendrán una gran repercusión a nivel cognitivo y de desarrollo personal. Afecta sobre todo a las siguientes áreas:

– Desarrollo cognitivo

Durante los primeros 1000 días de un ser humano el tamaño del cerebro se duplica. Es el momento de mayor actividad y desarrollo cerebral de toda la vida.

-Desarrollo del habla

Durante los primeros años se asimila y decodifica el lenguaje. El bebé es capaz de aprender varios idiomas a la vez

-Desarrollo motor.

El niño es capaz de sujetar la cabeza, enfocar objetos, mover brazos, coordinar movimientos, voltearse, arrastrar el cuerpo, coordinar brazos, piernas y cabeza para gatear, ponerse de pie, arrojar objetos…

-Desarrollo emocional

El vínculo con la familia y personas cercanas al bebé (educadores de la escuela infantil) es importantísimo para garantizar una buena salud emocional que ayude a construir una personalidad fuerte, con buena autoestima y confianza.

-Desarrollo de las habilidades sociales

Las habilidades sociales SOLO las aprenderán conviviendo y relacionándose con otras personas, con otros iguales. La interacción con otros niños es vital en estos primeros años de vida y aportará al bebé buenos recursos para relacionarse en su siguiente etapa

EDUCACIÓN INFANTIL 0-3 AÑOS

 

Conviene entonces reflexionar sobre los beneficios que la educación infantil en su primer ciclo tiene en el desarrollo personal y social de los niños. El potencial neurológico se incrementa y alcanza aproximadamente entre un 80 y 85% del total de sus conexiones neuronales durante los primeros 6 años de su vida gracias a la calidad de las interacciones y experiencias del niño con el entorno, sus pares y adultos.

El Centro Nacional para el Desarrollo y el Aprendizaje Temprano de EEUU afirma que los niños que acceden y permanecen en programas educativos de primera infancia tienen mayores oportunidades de hacer frente a los retos escolares que suponen las etapas obligatorias y el sistema formal educativo.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) destaca que la Educación infantil cumple una función básica de cara al proyecto de integración escolar de niños con necesidades educativas especiales.

La UNESCO pone énfasis en la Educación Infantil como el nivel educativo que promueve la igualdad de oportunidades sociales cuando los estudiantes proceden de familias que se encuentran en situaciones de riesgo

 

BENEFICIOS DE LA ESCOLARIZACIÓN TEMPRANA 0-3 AÑOS

 

Un entorno estable, la posibilidad de desarrollar distintas habilidades o aprender diversos valores para la vida son algunos de los beneficios de escolarizar a los peques a edades tempranas.

Algunas claves de esta etapa educativa son:

  • Ambiente seguro. Las escuelas infantiles suponen un entorno estable y estructurado, con rutinas muy claras, unos horarios y unos hábitos con los que los niños van creando esquemas internos sobre el mundo que les rodea.
  • Fomenta la autonomía de los peques. El alumnado puede desarrollar su necesidad de exploración y curiosidad, además de otras habilidades a través del juego, como la autonomía personal, el cuidado de las cosas, la alimentación, la higiene, el sueño…
  • Educación emocional. En los primeros años de vida nos enfrentamos a distintas emociones, como el enfado, el miedo o la frustración, y sin apenas recursos para entenderlas. En esta etapa las educadoras les enseñan a identificar las emociones; los profesionales saben de la importancia de explicar y mostrar a los niños lo que va ocurriendo para que ellos puedan ir comprendiendo e integrando lo que sienten y sucede a su alrededor
  • Favorece el desarrollo del lenguaje. Esta etapa se considera esencial para el aprendizaje de una lengua
  • Educación en valores. Los niños tienen que compartir espacio y material, además de aprender a esperar y a compartir el tiempo de los adultos. Eso les permite entender que las demás personas también tienen sus necesidades y a ir tomando, poco a poco, conciencia de las normas que rigen la convivencia: el respeto, la generosidad y el cuidado por uno mismo y por los demás.

OBJETIVOS DE LA ESCOLARIZACIÓN 0-3 AÑOS

 

Los objetivos en esta etapa están centrados en atender de forma progresiva el desarrollo afectivo y emocional, los hábitos de control corporal, las manifestaciones de la comunicación y del lenguaje y las pautas esenciales de convivencia y relaciones sociales de los niños, tal y como seña el Ministerio de Educación.

La Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) considera totalmente seguras, aún en tiempos de pandemia, las escuelas infantiles, ya que durant

e el primer trimestre del curso 2020/2021 los contagios en escuelas infantiles han sido bajos, situando el número de aulas en cuarentena en el 1’67% del total del sistema educativo español.

 

CONCLUSIONES

Dada la situación actual consideramos que la asistencia a la escuela infantil en la etapa 0-3 años es fundamental para el desarrollo de los peques en todas las áreas.

Niños que no pueden relacionarse con sus iguales en los parques, con sus familiares o amigos, necesitan socializar con otros niños y la escuela infantil es, en estos momentos, la mejor alternativa (y en caso de algunas familias la única). Contamos con programaciones, educadoras, instalaciones y todos los medios higiénico-sanitarios para recibirlos en nuestra escuela donde van a crecer felices y seguros.

MARÍA JESÚS CASTELLS

MAESTRA ESPECIALISTA EN EDUCACIÓN INFANTIL